domingo, 15 de abril de 2012

16 de abril de 1961 Ideas y fusiles en mente y puños del pueblo


Orlando Guevara Núñez

El 16 de abril, víspera de la invasión mercenaria de Playa Girón, el Comandante en Jefe Fidel Castro, en el sepelio de las víctimas del ataque aéreo a tres aeropuertos cubanos el día anterior, proclamó el carácter socialista de la Revolución.
No fue un hecho fortuito. La Revolución había cumplido ya su primera etapa, definida como democrático-popular, agraria y antiimperialista, y estaba lista para asumir el inicio de una fase más avanzada: la construcción del socialismo.
Al llegar al poder, el 1ro. de enero de 1959, comenzó a aplicarse de inmediato el Programa del Moncada, expuesto por Fidel en su alegato La historia me absolverá, el 16 de octubre de 1953. Lo primero fue desplazar al bloque burgués latifundista e instaurar el poder del pueblo, en real alianza de los obreros, los campesinos, los estudiantes, las masas populares y otros importantes sectores, encabezados, como garantía del poder, por el Ejército Rebelde.
En los primeros meses, se destruyó totalmente la maquinaria militar que había sostenido a la dictadura, unida a otros cuerpos de represión; se aplicó la justicia revolucionaria a los criminales; se confiscaron los bienes malversados a la nación; se democratizó la vida política, social y sindical; se comenzaron a aplicar leyes para la reivindicación económica  y social de las clases anteriormente explotadas, y comenzó una tenaz lucha contra el desempleo, la miseria, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación racial y de la mujer. Los partidos políticos corruptos y cómplices de la tiranía, desaparecieron.
En el mismo año de 1959, se nacionalizó la mal llamada Compañía Cubana de Teléfonos, se rebajaron los alquileres, se declararon públicas las playas hasta entonces privadas; se dictó la Ley de Reforma Agraria, se redujeron las tarifas eléctricas y se prohibió el tráfico de drogas y los juegos ilícitos.
Estas medidas favorecían al pueblo, pero chocaban contra los intereses de los explotadores, apoyados desde el mismo inicio por el gobierno de los Estados Unidos. Particularmente la Reforma Agraria, atrajo hacia Cuba el odio más visceral del imperio norteamericano.
El pueblo cubano respondió preparándose en todos los frentes. Fueron creadas las Milicias Nacionales Revolucionarias, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Jóvenes Rebeldes y otras organizaciones, y se restablecieron las relaciones con la  entonces Unión Soviética.
El 6 de agosto de 1960, tuvo lugar la nacionalización de las refinerías de Petróleo, las empresas de la Electricidad y Teléfonos y 36 centrales azucareros pertenecientes a  monopolios norteamericanos. Este paso de independencia económica, tendría un decisivo respaldo el  13 de octubre de igual año, cuando se decretó la nacionalización de todos los bancos y de 383 grandes empresas económicas. Un día después, fue proclamada la Ley de Reforma Urbana.
Fueron esas las transformaciones que marcaron el cumplimiento de la primera etapa revolucionaria y crearon condiciones para entrar en un nuevo período histórico, la etapa socialista.
A ese punto se había llegado defendiendo a fuego y sangre las conquistas de la Revolución frente  los sabotajes, las bandas mercenarias armadas y financiadas por la CIA y el gobierno yanqui, y en medio de un combate ideológico contra los enemigos internos y externos. Refiriéndose a esa lucha y al triunfo de Playa Girón, expresaría luego el Comandante en Jefe Fidel Castro: “Si  en la guerra de independencia de 1868 la división nos trajo la derrota, esta vez la unión nos dio la victoria”
Así cuando el 16 de abril fue proclamado el carácter socialista de la Revolución cubana, al decir de Raúl, se ponía el nombre a un niño que ya había nacido.
Hasta los acontecimientos de Playa Girón, las principales organizaciones que habían luchado contra la tiranía batistiana – el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y su Ejército Rebelde, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, trabajaban con un mismo fin, pero no se habían unido en una sola. A partir de entonces, se unieron primero en las Organizaciones Revolucionarias Integradas, base para el posterior surgimiento del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, hasta octubre de 1965, que adoptó su nombre actual: Partido Comunista de Cuba.
Así, el 16 de abril de 1961 no hubo actividad alguna que marcara la fundación de nuestro Partido dirigente, pero se escogió esa fecha por su simbolismo de unidad revolucionaria y de disposición de todo el pueblo de defender hasta con su propia vida las ideas socialistas.
La validez histórica de nuestro Partido, fue definida por su Primer Secretario, el compañero Fidel: “Las geniales ideas de Martí y Lenin acerca de la necesidad de un Partido para dirigir, estaban más que nunca presentes. Su ideal no podía ser el pensamiento liberal o burgués, sino la de la clase social revolucionaria que la historia misma había colocado al frente de la lucha por la liberación de la humanidad: la de la clase obrera, el marxismo-leninismo, que ya habían enarbolado valientemente en 1925, Baliño y Mella”.

Otra significación histórica del 16 de abril, es la conmemoración del Día del Miliciano. Las Milicias Nacionales Revolucionarias se habían creado el 26 de octubre de 1959. Pero se honra a los milicianos cada 16 de abril, como perenne homenaje no sólo a los caídos en Playa Girón y a quienes contribuyeron a la derrota de los mercenarios  o cayeron  en otros frentes de combate, sino también a los cientos de miles que empuñaron sus armas y ocuparon sus trincheras, dispuestos también a morir en defensa de la Revolución. Con sus puños en alto, enarbolando sus fusiles, nuestras milicias defendieron las ideas proclamadas aquel memorable día.
Así, este 16 de abril resume el heroísmo y la grandeza de esos acontecimientos trascendentes de la Patria. Razón para que al cumplirse otro año  de incesante batallar y de victorias multiplicadas, nuestro pueblo repita, como continuidad de aquellos cruciales días: ¡Socialismo o Muerte!  ¡Viva el pueblo miliciano! ¡Viva nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba!.

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