miércoles, 22 de febrero de 2012

El derecho más humano, el de la vida está garantizado en Cuba

El más valioso de los derechos humanos, es el derecho de los humanos a la vida. Y no solo la oportunidad de la existencia, sino también la de tener garantizada la atención a la salud, sin el oprobio de que el paciente no sea más que un cliente y la medicina una mercancía, como sucede en el sistema capitalista.
En Cuba ese derecho está garantizado para todos los cubanos, sin excepción de ningún tipo, y de forma gratuita. Y aún en medio de las limitaciones impuestas por los efectos de la crisis económica mundial, agravados por el bloque norteamericano, el Estado cubano mantiene un sistema de salud más humano y eficiente que cualesquiera de los países del llamado primer mundo.
En Santiago de Cuba pueden palparse con nitidez los resultados de esa política profundamente humana. Cuando en 1959 triunfó la Revolución, existían aquí sólo 198 médicos, la mayoría de ellos en consultas privadas. Ahora hay más de 7 000.
En un territorio donde las dos terceras partes de su geografía es montañosa, el sistema de salud llega a todos.
La Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, ha graduado ya a más de 42 000 profesionales en las carreras de Medicina, Estomatología, Enfermería, Psicología de la Salud y Tecnología de la Salud. Ese resultado garantiza que alrededor del 98 % de los profesionales que se desempeñan en este sector, sean de este propio territorio.
El hecho de que la tasa de mortalidad infantil haya descendido de 60 fallecidos por cada mil nacidos vivos en 1958, a 5,9 en el 2011, y que la esperanza de vida haya pasado de alrededor de 55 a 78 – comparados iguales períodos- reafirma la validez del sistema.
La provincia de Santiago de Cuba, en aras de garantizar el derecho humano de la salud, tiene hoy más médicos que los existentes en Cuba cuando triunfó la Revolución, y más del doble de los que emigraron en los primeros años.
Pero esa obra no se ha limitado a garantizar la atención médica de nuestra población. Aquí se materializa el concepto de que la Revolución entiende por solidaridad el principio de dar no lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos.
En aras de contribuir a que millones de seres humanos en otras latitudes del mundo tengan acceso a la salud, la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba ha graduado ya 2 738 médicos procedentes de 72 países. Y en su matrícula actual, hay 1 878 estudiantes de 54 naciones.
Miles de médicos y otros especialistas han cumplido y cumplen misiones en varios países, donde han salvado y salvan cada día muchas vidas o alivian males, contribuyendo, además, a la formación de profesionales en esos lugares.
Quienes en el mundo gustan de hablar sobre los derechos humanos –sobre todo aquellos de doble moral, causantes principales de que en el mundo existan tantos millones de seres humanos sin derechos - no pueden ocultar ese ejemplo de Cuba.
Cuba mantiene esa política de incrementar cada día no solo la asistencia médica, sino la calidad de la atención a la población, y al mismo tiempo contribuir con otros países empeñados en igual propósito. Así lo ratificó el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. Esa es la obra que hemos construido y que defendemos los cubanos.

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