. Orlando Guevara Núñez
La solidaridad con los Cinco ensancha sus cauces en
diversas latitudes del Mundo. Millones de voces se levantan para denunciar la
injusticia y exigir la libertad inmediata y el regreso de los patriotas cubanos
junto a sus familiares y su pueblo.
El gobierno de los Estados Unidos no solo
fraguó contra Gerardo, Ramón, Antonio,
Fernando y René un juicio plagado de mentiras , violatorio de las leyes y de la
Constitución de esa nación auto proclamada como modelo de democracia, de
justicia y de derechos humanos. Ahora se ha empeñado en obstaculizar el último
recurso legal, el de hábeas corpus, para liberar a los Cinco, desperdiciando
así la oportunidad de lavar la
mancha extendida sobre la faz el sistema judicial
norteamericano.
Le temen al análisis de las pruebas de inocencia ya
expuestas y a las nuevas que han surgido. Saben que las ilegalidades comienzan
desde la propia detención de los Cinco, su encausamiento, la designación de
Miami como sede del juicio, la fabricación de argumentos falsos, la
obstaculización de la labor de los abogados de la defensa, el pago a
periodistas mercenarios para calumniar a los héroes cubanos y el dictamen de
sentencias extremas, hasta las transgresiones de las normas penales y el
derecho de los prisioneros y sus familiares establecidas en ese país e
internacionalmente.
Saben perfectamente quienes impusieron las condenas,
que ninguno de los Cinco realizó labores de espionaje, ni atentó contra la
seguridad de los Estados Unidos, ni conspiró para cometer asesinato. Saben que
para poder condenar, tuvo el gobierno norteamericano que subordinar la justicia
a la injusticia, la verdad a la mentira, y convertir el juicio, más que en un hecho
judicial, en una maniobra política.
Saben que la misión de los Cinco fue penetrar a
grupos terroristas que desde ese territorio, con plena impunidad, actuaban y
actúan contra el pueblo cubano.
Esa es la verdad que hoy se abre paso en todo el
mundo, incluyendo las propias entrañas de los Estados Unidos. Cientos de
comités de solidaridad, de activistas, de organizaciones solidarias, de foros
internacionales, de personalidades, incluyendo gobiernos, se movilizan,
conscientes de que sólo esa acción podrá convertirse en fuerza decisiva para
liberar a los Cinco.
Se sabe que el presidente Barack Obama está
facultado para firmar la liberación de los Cinco, anulando las injustas
condenas, incluida la sanción adicional a René. Por eso, hasta él llegan a
diario mensajes de instituciones, organizaciones y personas con la solicitud de
que lo haga de forma inmediata. Sería, a la vez, un acto de justicia y de
humanismo.
Los cubanos no renunciaremos a esa lucha por la
liberación de nuestros hermanos. Y seguiremos exigiendo justicia hasta que
Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René estén de nuevo entre nosotros.
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