domingo, 11 de noviembre de 2012

Operación Carlota: su gloria imperecedera

El 25 de mayo de 1991, con el regreso de los últimos 500 militares cubanos que permanecían en la República Popular de Angola, llegó a su fin la Operación Carlota. Se cerraba así uno de los capítulos más brillantes en la historia del internacionalismo proletario a escala universal. En enero de 1975, Portugal, incapaz de mantener su dominio colonial sobre Angola, había pactado con organizaciones de ese país otorgarle su independencia a fines de año. Mientras, se integraría un gobierno provisional integrado por el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) dirigido por Agosthino Neto, principal representante del pueblo angolano; el Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA), encabezado por Holden Roberto, un conocido agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) liderada por Jonnas Savimbi, un personaje ligado a los círculos económicos dominantes y al régimen sudafricano. El FNLA y la UNITA, se confabularon desde el inicio contra el MPLA para impedir la verdadera independencia de Angola, apoyados por gobiernos imperiales, en primer lugar los Estados Unidos, además de Francia, Inglaterra, y la complicidad de Zaire y Sudáfrica. La fecha fijada para la independencia de Angola había sido el 11 de noviembre de 1975. Pero las fuerzas reaccionarias violando ese acuerdo, habían organizado, financiado, armado y entrenado a las tropas encargadas de evitar el inminente ascenso del MPLA al poder, a través de las elecciones anunciadas. Ante el peligro real, el presidente del MPLA, Agosthino Neto, pidió a Cuba ayuda militar para preservar su independencia. Desde inicios de 1965, luego de un encuentro del Che con representantes de esta organización, efectuado en El Congo, Cuba se había comprometido a prestar ayuda a los guerrilleros contra el colonialismo portugués. A inicios de agosto de 1975, el primer comandante cubano, Raúl Díaz Argûelles, inició contactos con el MPLA para concretar la ayuda militar, que al inicio consistió en instructores para cuatro centros de instrucción angolanos que organizarían, prepararían y armarían a unas cincuenta unidades de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (FAPLA). Pero las potencias agresoras se daban prisa en su objetivo de impedir la independencia. Por el Norte y por el Sur, tropas agresoras se dirigían ya hacia Luanda, la capital, para el zarpazo. Ante el inminente golpe que hubiese aniquilado a las fuerzas revolucionarias, Cuba decidió enviar tropas regulares y armamento apropiado para enfrentar y derrotar a los agresores. Así surgió la Operación Carlota, nombre tomado de una esclava libertaria africana que el 5 de noviembre de 1843, encabezó una rebelión en el ingenio Triunvirato, de Matanzas, contra los esclavistas españoles, siendo salvajemente asesinada, atado su cuerpo a caballos que tiraban de forma contraria, hasta descuartizarla. El 10 de noviembre de 1975, cuando ya las tropas enemigas se preparaban para entrar al día siguiente a Luanda, se produce el combate de Quifangondo, donde fuerzas cubanas y de las FAPLA asestan una rotunda derrota a los agresores, salvando la integridad del país. Al día siguiente, 11 de noviembre, Agosthino Neto proclamaba la independencia y el nacimiento de la República Popular de Angola. Por el Norte, las tropas agresoras retrocedieron luego de la derrota, pero quedaba la misión de establecer una línea de defensa contra las fuerzas sudafricanas y de la UNITA que avanzaban por el Sur. En esa tarea, el 10 de diciembre del mismo año, caía el jefe de la Misión Cubana, Raúl Díaz Argüelles, al ser alcanzado su vehículo por una mina antitanque. La guerra fue dura y sin tregua. En el mes de marzo, unos 36 000 cubanos combatían junto a los angolanos para salvar su independencia. Hasta que el 27 de marzo de 1976, los últimos militares sudafricanos trascendían el río Cunene y se internaban en territorio de Namibia, país entonces dominado por el régimen del apartheid. Sudáfrica había claudicado. La guerra parecía haber llegado a su fin. Cuba, de acuerdo con el gobierno angolano, se trazó el propósito de permanecer un tiempo más en ese país, con el objetivo de ayudar a consolidar la independencia y preparar las fuerzas angolanas encargadas de hacerlo. Pero las potencias agresoras no se dieron por vencidas y reorganizaron la lucha que costó largos años de sacrificio altruista. Vendrían nuevas epopeyas gloriosas, entre éstas la decisiva de Cuito Cuanavale. Sudáfrica otra vez derrotada, la independencia de Angola había sido preservada, la de Namibia se había alcanzado, y el apartheid quedaba definitivamente destrozado. La Operación Carlota, proseguiría, hasta el 25 de mayo de 1991. Ya desde 1976, el hoy General de Ejército Raúl Castro había dicho que “De Angola nos llevaremos la entrañable amistad que nos une a esa heroica nación, el agradecimiento de su pueblo y los restos mortales de nuestros queridos hermanos caídos en el cumplimiento del deber”. Así, el 7 de diciembre de 1989, fueron traídos a la Patria, cargados en hombros del pueblo y sepultados en la tierra que honraron, los restos de los cubanos caídos en esa y otras misiones internacionalistas. Una información del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, publicada en el periódico Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, ofrecía detalles sobre quienes ofrendaron su vida en misiones militares y civiles en la República Popular de Angola, Etiopía y otros países. Los datos, tomados de esa información, merecen recordarse hoy. En Angola ofrendaron su vida 2 016 hermanos nuestros, de ellos 787 en acciones combativas, 524 por enfermedades y 705 por accidentes; en Etiopía murieron 160: 39 en combate, 46 por enfermedades y 75 en accidentes. En otros países, los fallecidos fueron 113, correspondiendo 37 a los caídos en combate, 27 por enfermedades y 49 por accidentes. Del total de 2 289 cubanos que con su sangre y su vida suscribieron la gloria y la victoria en Angola y otros países, 2 085 cumplían misiones militares y 204 estaban en tareas civiles. Ellos formaron parte de los más de 400 000 cubanos que durante esos años marcharon a otros pueblos hermanos, como combatientes y colaboradores. La sangre de la esclava Carlota, se había unido en la historia a la de los cubanos que de ella heredaron la rebeldía y la convirtieron en arma para su libertad y en sentimiento solidario con otros pueblos del mundo. Con sobradas razones, expresaría Raúl al término de la Operación Carlota: “La gloria y el mérito supremo pertenecen al pueblo cubano, protagonista verdadero de esa epopeya que corresponderá a la historia aquilatar en su más profunda y perdurable trascendencia”.

Santiago de Cuba ha conmocionado una vez más a Cuba

Santiago de Cuba, ciudad herida en lo más hondo de sus entrañas por el huracán Sandy, se sigue recuperando. Sus arterias reciben la transfusión del trabajo de su pueblo, del apoyo del resto de las provincias cubanas y de la solidaridad de muchos pueblos que comparten con nosotros el esfuerzo para la rehabilitación. Esta ciudad, en otras ocasiones, ha sido escenario de hechos que han conmocionado a la nación cubana. Así ocurrió el amanecer glorioso de la Santa Ana, el 26 de Julio de 1953, cuando los jóvenes de la Generación del Centenario, con Fidel al frente, vinieron aquí, a ofrendar su vida y su sangre para que Martí siguiera viviendo en el alma de la Patria. Igual sucedió durante otro épico amanecer, el del 30 de noviembre de 1956, cuando la juventud santiaguera, con Frank País como jefe, levantó en armas a la ciudad para secundar el desembarco del Granma. Esa vez, la ciudad se vistió de verde olivo, color que sigue simbolizando el heroísmo de nuestro pueblo. La caída de Frank País, héroe de la lucha clandestina, el 30 de julio de 1957, enardeció a los combatientes cubanos, quienes desde ese momento hicieron más firme su decisión de lucha y de victoria. Y otro gran momento acontecido en Santiago de Cuba fue la proclamación del triunfo de la Revolución cubana, el 1ro. de enero de 1959, hecho que trascendió al país, para insertarse en la historia de nuestro continente y más allá, como uno de los acontecimientos más relevantes del siglo XX americano. Así resumió Fidel la historia de esta ciudad, la historia “Del Santiago heroico, desde la época del 68, del Santiago revolucionario, del Santiago siempre rebelde, del Santiago que fue cuna de estirpes como la de los Maceo. Del Santiago en cuya tierra descansan los restos de Martí, del Santiago del 26 de julio, del 30 de noviembre, del 1ro. de enero”. Ante los embates y la destrucción del huracán, en Santiago de Cuba no hay lugar para los lamentos, porque éstos han cedido su lugar al trabajo. Puede decirse que el trabajo les arrebató ese lugar. No podía ser de otra manera en una ciudad donde las mujeres, durante el entierro de sus hijos o esposos asesinados por la tiranía batistiana, no lloraban, porque sus gargantas estaban ocupadas por los gritos de ¡Viva la Revolución!, ¡Viva Fidel! ¡Abajo la dictadura! a la par que sus pupilas no se mojaban con las lágrimas, aunque no supieran que ese dolor era un presagio de alborada. Hoy, a los santiagueros nos conmueve el ejemplo de los muchos hermanos que desde varias provincias están curando los daños del huracán. Unos arrebatando terreno a la oscuridad, otros devolviendo vitalidad a las líneas telefónicas; muchos, retirando escombros, restableciendo vías, higienizando, reconstruyendo, devolviendo a la ciudad lo que le arrebató Sandy. Muchos mensajes solidarios no han llegado y llegan desde distintas provincias y otros lugares del mundo. El dolor de los santiagueros, ha sido dolor de todos los cubanos. Y ese sentimiento multiplica nuestro deber de consagrarnos a la rehabilitación. Santiago de Cuba sabrá levantarse y sanar las heridas dejadas por el huracán. Porque Santiago, al decir de Raúl, ¡Sigue siendo Santiago! Y porque ante esta u otras situaciones difíciles, los santiagueros no defraudaremos nunca a nuestro Comandante en Jefe, quien al entregar a esta ciudad el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo, nos pidió: ¡Que siempre sean ejemplo de todos los cubanos tu heroísmo, tu patriotismo y tu espíritu revolucionario! ¡Que siempre sea la consigna heroica de nuestro pueblo lo que aquí aprendimos: Patria o Muerte! ¡Que siempre nos espere lo que aquí conocimos aquel glorioso Primero de Enero: la victoria! ¡Gracias, Santiago! Para los hijos de esta ciudad heroica, esa es la única opción posible del Santiago de Fidel, de Raúl y de toda Cuba: ¡La victoria!

sábado, 13 de octubre de 2012

Premio Nobel, ¿de cuál paz?

Confieso que mi primera reacción ante la noticia fue la duda sobre lo que había leído. Mi vista repasó de nuevo el texto y no había equivocación alguna. Mi duda se transformó entonces en asombro. El Premio Nobel de la Paz 2012, fue conferido a la Unión Europea por su mérito –así lo anunció el Comité Nobel noruego, de” haber extirpado las guerras en un continente que salió desgarrado de la segunda conflagración mundial”. Elogia el referido Comité, los méritos de la Unión Europea en cuestiones de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos. Es, sencillamente, una interpretación alejada totalmente no solo de la realidad, sino, sobre todo, del noble espíritu que dio vida a esta distinción. Algunas interrogantes son imprescindibles. ¿Puede merecer ese alto premio quien se ha sumado al crimen de las guerras contra otros pueblos, como es el caso de Iraq y Afganistán? ¿Puede mostrarlo con honor quien es cómplice abierto de la sucia guerra contra Libia y contra Siria? ¿Merece ese honor quien se ha confabulado con los Estados Unidos para tratar de derrotar al gobierno de Irán, poniendo al mundo al borde de un holocausto nuclear? ¿Es, acaso, ese otorgamiento, un estímulo para frenar los peligrosos signos de desintegración que le quitan el sueño a algunos en esa comunidad de naciones? Eso es fuera de su territorio. Pero valdrían otras interrogantes. ¿A cuáles derechos humanos se refiere el aval del otorgamiento? Porque la realidad de hoy es la existencia de millones de seres humanos que viven sin derechos, víctimas del desempleo, del costo de la vida, reducidas sus posibilidades de acceso a la educación, a la salud, amenazados por la pérdida de sus viviendas, reprimidos y apaleados por reclamar sus derechos. Entre el conjunto de 27 países condecorados, los hay donde los jóvenes sufren desempleos que alcanzan hasta un 50 %, otros donde la falta de empleo es sufrida por más del 20 % de la fuerza laboral, al tiempo que las políticas de austeridad para los pobres sostienen el crecimiento de la opulencia de los ricos. La crisis económica que actualmente sacude a esa región, está generando una profundización de las desigualdades económicas y sociales. Sobre las capas más vulnerables recae el peso principal, mientras que los gobiernos adoptan medidas pensando no en la solución de los problemas de sus pueblos, sino en salvaguardar los intereses de quienes los explotan. El objetivo de esas políticas es salvar a los culpables de la crisis, al capital, a los poderosos. O lo que es lo mismo: salvar al capitalismo, con lo cual serían perpetuadas las desigualdades y crecería el abismo insalvable entre quienes lo poseen todo y quienes casi de todo carecen. Este asombro por el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz 2012 a la Unión Europea, se suma a la afrenta de habérselo concedido anteriormente al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Por ese camino habrá que esperar nuevas sorpresas que seguramente avergonzarán a personalidades que de forma merecida lo tienen. Así, ¿Premio Nobel de cuál paz? podríamos preguntarnos. Y no sería posible, ni honesta, otra respuesta: de la paz acribillada por las armas genocidas al servicio del imperialismo mundial, siempre en contra de los pueblos.

jueves, 11 de octubre de 2012

La Revolución solo está comprometida con el pueblo

Cuando triunfó la Revolución, muchos politiqueros, explotadores, magnates y todo tipo de personajes que habían hecho maridaje con la tiranía batistiana, pensaron que, como era tradición en Cuba, sólo se había producido en cambio de hombres en el gobierno. Y se aprestaban a buscarse un lugar desde donde continuar viviendo con sus privilegios, a costa del pueblo. “Esta es tu casa, Fidel”. Tal plaquita se puso en la puerta principal de muchos palacetes donde, más que cubanos, vivían camaleones que pretendieron engañar al pueblo. Algunos hicieron donaciones de reses, de implementos agrícolas, o de dinero para la Reforma Agraria a la cual, llegado el momento, combatirían, en contubernio con el gobierno imperialista de los Estados Unidos. Fueron los mismos que se sumaron a la estampida cuando vieron frustradas sus aspiraciones y llegaron a la conclusión de que esta era una revolución verdadera y no un “quítate tú para ponerme yo”, como lo habían pensado. Comenzaron, desde entonces, a difundir la mentira de que Fidel Castro los había traicionado. Se sentían con el derecho de continuar expoliando al pueblo y, por lo tanto, engañados al no poder hacerlo. En realidad, no tuvieron nunca razón para pensar de esa forma. Porque Fidel, desde el mismo juicio del Moncada, el 16 de octubre de 1953, hablo con claridad y definió hacia dónde iría la Revolución una vez logrado el triunfo. “Los demagogos y los políticos de profesión quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos, engañando necesariamente a todos en todo” -expresó en esa ocasión, rodeado de soldados con bayonetas- añadiendo que “Los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos”. Y así lo hizo. “Cuando hablamos de pueblo, no entendemos por tal a los sectores acomodados y conservadores de la nación, a los que viene bien cualquier régimen de opresión, cualquier dictadura, cualquier despotismo, postrándose ante el amo de turno hasta romperse la frente contra el suelo. Entendemos por pueblo cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor y más digna y más justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente n sí misma, hasta su última gota de sangre” Y su definición de pueblo fue más puntual aún: “Nosotros llamamos pueblo, si de lucha se trata, a los seiscientos mil cubanos que están sin trabajo (…) a los quinientos mil obreros del campo, que habitan en bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto, compartiendo con sus hijos la miseria (…) a los cuatrocientos mil obreros industriales y braceros cuyos retiros, todos, están desfalcados, cuyas conquistas les están arrebatando, cuyas viviendas son las infernales habitaciones de las cuarterías, cuyos salarios pasan de las manos del patrón a las del garrotero, cuyo futuro es la rebaja y el despido, cuya vida es el trabajo perenne y cuyo descanso es la tumba” En su concepto de pueblo, no fueron incluidos los explotadores, los magnates, los terratenientes, los políticos corruptos, los militares asesinos. Incluyó Fidel a los cien mil agricultores pequeños que trabajaban la tierra sin ser suya; a los treinta mil maestros y profesores que tan mal se les trataba y pagaba; a los veinte mil pequeños comerciantes, abrumados de deudas, arruinados por la crisis; a los diez mil profesionales jóvenes médicos, ingenieros, abogados, veterinarios, pedagogos, dentistas, farmacéuticos, periodistas, pintores, escultores que al graduarse se enfrentaban a un callejón sin salida. Y fue a ese pueblo a quien Fidel, preso y solitario, enfrentando al Tribunal que lo condenaría a 15 años de prisión, le hizo una promesa: si triunfaba la Revolución, no decirle “Te vamos a dar”, sino ¡Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad! Y eso fue lo que hizo desde el 1ro. de enero de 1959. Los seis graves problemas de la nación cubana, abordados por Fidel en su alegato de auto defensa conocido como La historia me absolverá: el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación, y el problema de la salud del pueblo, fueron parte decisiva del programa del Moncada, cumplido y sobre cumplido en los primeros años de la Revolución. Cada ley revolucionaria, siempre a favor del pueblo, atrajo sobre sí el odio imperial y contrarrevolucionario. Así, se dedicaron a combatir a la Revolución con el fin de destruirla. Pero el pueblo, desde el inicio, se preparó para defender sus conquistas. Las mentiras y el engaño han sido siempre armas predilectas de la contrarrevolución y los gobiernos de los Estados Unidos para combatirla. Y entre sus falsos argumentos, está el invento de que fueron traicionados. Como está demostrado, la política revolucionaria trazada por Fidel estuvo bien clara antes del 1ro. de enero de 1959. Y víspera de la agresión mercenaria de Playa Girón, el Comandante en Jefe de la Revolución cubana ratificó sus concepciones sobre la lucha, al proclamar el carácter patriótico, democrático y socialista de la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes. Los traidores, los explotadores, los latifundistas, los políticos corruptos, los ladrones, los asesinos, no cupieron nunca, como sucede hoy, en el concepto de pueblo. Siendo así, ¿de cuál traición hablan? ¿Haberle arrebatado a ellos el poder para entregarlo al pueblo, es alguna traición? Y ese pueblo verdadero no ha sido, ni será nunca, traicionado por la Revolución, porque él mismo es la Revolución. Y hoy, al rememorar esos pasajes sobre los principio planteados por Fidel en La historia me absolverá, válido es recordar, sobre todo a quienes no pierden las esperanzas del regreso a un pasado capitalista de Cuba, lo proclamado por el jefe de la Revolución en aquel momento, convertido hoy en determinación de todo el pueblo. “Vivimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie”

miércoles, 10 de octubre de 2012

Homenaje a Martí y Céspedes en sus tumbas

Una representación del pueblo santiaguero rindió homenaje, hace pocos minutos, al Héroe Nacional cubano, José Martí y al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, en el cementerio de Santa Ifigenia, donde se atesoran los restos de ambos insignes patriotas. El tributo se realizó con motivo del aniversario 144 del inicio de la primera Guerra de Independencia contra el colonialismo español, cuando Céspedes, luego de liberar a sus esclavos, se lanzó a la manigua a una guerra que duró diez años, pero que no obtuvo del triunfo no por la fuerza de España, sino por las divisiones internas de los revolucionarios. Ofrendas florales en nombre del Comandante en Jefe Fidel Castro, de Raúl, de los Consejos de Estado y de Ministros y del pueblo de Cuba fueron colocadas junto a la urna que guarda los restos martianos, al tiempo que otra en nombre de todos los cubanos se depositó al lado del obelisco a Carlos Manuel. Autoridades políticas,del gobierno, oficiales de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior, junto a estudiantes y combatientes de la Revolución, estuvieron presentes en el homenaje.

martes, 9 de octubre de 2012

¡Libertad para los Cinco! Que la justicia se imponga a la injusticia

.Orlando Guevara Núñez La permanencia en prisión de los cinco héroes cubanos presos en los Estados Unidos por ser antiterroristas, sigue siendo una mancha para el sistema judicial norteamericano. Cada día se abre ante el mundo la verdad de que Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René son inocentes, y que fueron detenidos, juzgados y sancionados en un proceso que viola las leyes internacionales, las de ese país y hasta la propia Constitución de un Estado que se auto erige campeón mundial de los derechos humanos y de la democracia. Como no pudieron encontrar pruebas para enjuiciarlos por los delitos de cometer espionaje y cometer asesinato – este último cargo imputado a Gerardo- inventaron el de “conspiración” para cometerlos. El caso de Gerardo, está plenamente probado, no incurrió en el delito de conspiración para cometer asesinato. La propia Fiscalía planteó no tener pruebas al respecto, al tiempo que se supo por el tribunal que fue la parte norteamericana la que informó al gobierno cubano sobre la decisión del vuelo de las avionetas que, al violar el espacio aéreo cubano con fines de subversión, fueron derribadas en territorio de nuestro país. Gerardo, como se probó, estuvo al margen de este acontecimiento. En cuanto al delito de conspiración para cometer espionaje, los propios testigos declararon que en las casi 20 000 páginas ocupadas a los prisioneros, ni una sola contenía información sobre el gobierno de los Estados Unidos, ni nada que atentara contra la seguridad de ese país. Ninguno de los Cinco obtuvo, ni trató de obtener, ese tipo de información, por lo que el calificativo de espía es totalmente falso y apegado más a la política que a la justicia. Mucho más conocida por el propio gobierno de los Estados Unidos y los jueces que han intervenido en el proceso, es la verdad de que los patriotas cubanos, al ser detenidos, cumplían la misión de penetrar los grupos terroristas y contrarrevolucionarios que actúan con impunidad y apoyo en territorio norteamericano para realizar sabotajes en Cuba y atentar contra la vida de nuestros dirigentes. Muchos de esos terroristas, siguen libres en los Estados Unidos, pese a ser confesos y alardear públicamente de sus crímenes. Eso demuestra la realidad de que en ese país, ser terrorista es una condición que se premia, mientras que ser antiterrorista es un grave delito que se castiga incluso por encima de la ley. En el mundo, incluyendo los propios Estados Unidos, muchas organizaciones, grupos, comités de solidaridad y personalidades, levantan sus voces para protestar contra la injusticia y exigir la libertad inmediata de los cinco cubanos. Todas las instancias judiciales, sin embargo, se han sumado a la injusticia. El presidente Obama, tiene, en ese caso, la potestad de otorgar la libertad a estos prisioneros, lavando así la mancha que hace más de 14 años empaña la moral y credibilidad de la justicia en ese país. Obama heredó esa infamia, pero en lugar de rectificarla, incluso por su condición de abogado, la ha asumido y apadrinado. Los cubanos continuaremos la lucha hasta que los CINCO estén de regreso a la Patria, junto a su familia y su pueblo. Hasta que la injusticia ceda su lugar a la justicia, y la verdad se imponga a la mentira.

lunes, 8 de octubre de 2012

El Che: Sigue transitando hacia la historia americana

Orlando Guevara Núñez La figura de Ernesto Guevara de la Serna, el Che, es hoy, a 45 años de su desaparición física, más inmensa. Sus enemigos quisieron matarlo, reducirlo al silencio, y lo que lograron fue convertirlo en símbolo y en himno de combate de millones de personas en el mundo. Los cubanos vivimos orgullosos de haber tenido al Che junto a nosotros durante la lucha libertaria en la Sierra Maestra, donde se fraguaron sus dotes de valiente guerrillero, de jefe militar, y se desarrollaron sus cualidades de revolucionario. Junto a Raúl Castro, fue de los dos primeros en la lista de futuros expedicionarios del Granma, donde vino como Teniente Jefe de Sanidad. Y a los tres días del desembarco, en Alegría de Pío, su sangre se fundió para siempre con la tierra cubana. Luego de la dispersión tras ese bautizo de fuego, estuvo en el grupo que se reagrupó con Fidel para continuar la lucha armada por la liberación de la nación cubana. Aún siendo el médico del grupo , se destacó como combatiente en La Plata y en El Uvero, escenarios de la primera victoria militar rebelde y el ascenso – en su propio decir- a la mayoría de edad de la guerrilla. No hubo que pedírselo, pues él mismo se ofreció para ocupar un riesgoso puesto de combate. Terminado el épico encuentro de El Uvero, ejerció su profesión de médico, curando no solo a sus compañeros heridos, sino también a los enemigos. Luego, durante el tiempo necesario, permaneció junto a los heridos rebeldes. “Che era un insuperable soldado; Che era un insuperable jefe; Che era, desde el punto de vista militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo. Si como guerrillero tenía un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro”. Así lo describió el Comandante en Jefe Fidel Castro. Esas cualidades determinaron que fuera el Che el primer guerrillero ascendido por Fidel al grado de Comandante del Ejército Rebelde y designado jefe de la Columna 4, primera surgida de la Columna madre, desarrollando importantes y victoriosos combates que fortalecieron las posiciones de la guerrilla. De esa función sería relevado el Che para ser designado al frente del Campamento de Reclutas de Minas del Frío y preservarlo para misiones más importantes. Hasta que, llegado el momento, fue nombrado jefe de la Columna 8 “Ciro Redondo” que, junto al Comandante Camilo Cienfuegos al frente de la Columna 2 “Antonio Maceo”, realizaría la proeza de la invasión, a la que se sumó el ataque y liberación de la ciudad de Santa Clara, venciendo fuerzas superiores en hombres y en armas “No es fácil conjugar en una persona todas las virtudes que se conjugaban en él. No es fácil que una persona de manera espontánea sea capaz de desarrollar una personalidad como la suya. Diría que es de esos tipos de hombres difíciles de igualar y prácticamente imposibles de superar. Pero diremos también que hombres como él son capaces, con su ejemplo, de ayudar a que surjan hombres como él”. Esta aseveración de Fidel, retrata en toda su dimensión al Che, de quien dijo también el máximo jefe de la Revolución: “Porque Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas. El descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción”. Al Che lo recordamos los cubanos como un incansable trabajador que dedicaba su tiempo extra laboral al trabajo voluntario, que no concebía el ocio, ni desperdiciaba un minuto sin dedicarlo a algo útil. Y junto a esto, la superación, el aprendizaje constante, como un quehacer habitual, natural, necesario a su propia existencia. Así lo demostró en sus múltiples responsabilidades, como las de Presidente del Banco Nacional, director de la Junta de Planificación, Ministro de Industrias, como Comandante de regiones militares y jefe de delegaciones de tipo político, económico, o fraternal en las cuales representó con dignidad a Cuba. Del Che recordamos sus valiosos relatos sobre hechos relevantes de la lucha, recogidos luego en su libro “Pasajes de la guerra revolucionaria”. Sus escritos sobre economía, sobre el papel de las universidades, sobre la lucha necesaria contra el imperialismo. Perduran sus análisis profundos sobre el papel del hombre en el socialismo, sobre los mecanismos de estimulación para convertir en conciencia el deber del trabajo. Y también sobre la lucha ideológica entre el socialismo naciente y el capitalismo en decadencia. En el Che pensamos los cubanos cuando la Patria nos convocó al cumplimiento de riesgosas misiones internacionalistas, sin otro incentivo que arriesgar la vida en aras de preservar la de millones de seres humanos agredidos, explotados y oprimidos por el imperialismo internacional. Ese internacionalismo, del cual fue él su mejor exponente, sigue siendo parte de la conciencia de nuestro pueblo. En Cuba, cada mañana, en las escuelas y otras actividades patrióticas, un infinito coro de voces infantiles repite la consigna de Pioneros, por el comunismo ¡Seremos como el Che! No faltan quienes afirmen la imposibilidad de que alguien sea como el Che. Pienso que desde el punto de vista de todas las cualidades y de todos los méritos acumulados en la figura de tan extraordinario hombre, determinados por su actitud en los momentos que le tocó vivir, el Che es, sencillamente, irrepetible. Pero de lo que se trata no es de copiar una figura, sino de asimilar virtudes. Se puede ser valiente, trabajador, internacionalista, profesar los más puros sentimientos de amor, sentir y practicar la solidaridad humana, estar dispuesto a ofrendar la sangre y la vida por cualquier causa justa en cualquier parte del mundo, odiar al imperialismo y luchar contra éste donde sea necesario. Y se puede ser abanderado de la verdad, de la honestidad y la confianza en la Revolución y en el ser humano. Como lo fue el Che. Fidel resumiría así el legado del Che a nuestro pueblo: “Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, ¡nos dejó su ejemplo! ¡Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro pueblo! Hoy, las ideas del Che florecen no solo en Cuba. Se multiplican en otros pueblos de nuestra América donde son enarboladas como símbolo de independencia y soberanía, proclamadas por millones de seres humanos y por dirigentes que decidieron unir su vida al destino libre y digno de sus pueblos, frente a un mismo enemigo: imperialismo norteamericano. En su poema titulado Canto a Fidel, antes de partir en la expedición del Granma, el Che escribió: Y si en nuestro camino se interpone el hierro /pedimos un sudario de cubanas lágrimas para que se cubran los guerrilleros huesos/ en el tránsito a la historia americana. Nada más. Ese tránsito, a esa historia, continúa con rumbo firme. La imagen del Che está diseminada en muchos países del mundo, acompañando demandas de libertad y de justicia. Recorre calles y avenidas, alimenta esperanzas de redención. Es filo cortante de grilletes esclavos y heraldo de tiempos de revolución por venir, pero que se engendran en la lucha de masas irredentas, ansiosas de un mundo mejor que ahora reconocen posible. Los restos venerados del Che y de sus compañeros caídos en Bolivia, no puede decirse que reposan en Cuba; valdría mejor decir que son eternos centinelas de nuestra obra, prestos siempre, como cantó el poeta Bonifacio Byrne, a alzar sus brazos para defender nuestra bandera. El destacamento de refuerzo, los llamó justamente Fidel. Por eso ahora, a 45 años de la caída del Che y sus aguerridos combatientes internacionalistas, vale dedicarles lo que ellos más quisieron y fue la razón de su vida: la obra revolucionaria que construimos, fortalecemos y defendemos. Y la confianza de que seguiremos juntos, fieles al grito que, más que despedida, es expresión de encuentro y de abrazo eternos: ¡Hasta la victoria siempre! .

domingo, 30 de septiembre de 2012

Roberto

A veces, cuando a mi mente acuden, como imágenes cinematográficas, los días felices, trágicos o simplemente rutinarios de la niñez, la figura de Roberto ocupa siempre un lugar, formando parte de los recuerdos dolorosos. Roberto tenía unos 20 años de edad y estaba entre los mayores de los nueve hermanos. Era largo y flaco. Enfermo siempre, aunque muchos decían que sólo padecía de anemia. Daba la impresión, por su semblante triste, de que él estaba resignado a morir, o por lo menos acostumbrado a la idea de que sus males no tenían cura. Hasta en la forma de sonreír lo demostraba. Médicos públicos no existían en la zona, ni en el poblado cercano. Los particulares cobraban por la consulta lo que los padres del muchacho no podían pagar. Y nada se hacía, de todas formas, si se lograba que el médico lo viera, porque las recetas corrían después, invariablemente, el riesgo y la mala suerte de quedarse estrujadas en los bolsillos o entre las manos, sin llegar a convertirse en medicinas. No faltaban quienes aseguraban que “eso era un daño, un castigo”, que a Roberto “le habían echado un mal”. Tampoco quienes creyeran en esa posibilidad, aunque al mismo tiempo se preguntaran si era justo que un muchacho tan noble sufriera ese cruel destino. Pero si Roberto parecía estar resignado a morirse, sus familiares no. Fue por eso que la imagen del enfermo, sentado sobre un taburete, con su ya esquelética figura, apareció un día en la sección ¡Arriba, corazones!, de la revista Bohemia. Pero la caridad pública sólo consiguió la recaudación de unos míseros centavos que para nada sirvieron. Quienes podían, no se conmovían ni daban; quienes no podían, tal vez se conmovieran, pero nada estaba a su alcance hacer. Tampoco pudo contarse con un “anticipo” del latifundista para quien trabajaba el padre de Roberto. Creo que fue entonces cuando la familia llegó a la conclusión de que la muerte rondaba el empobrecido bohío. Y esa fue la impresión que saqué del lamento escuchado, en forma de décima campesina, de labios del padre abatido, mientras las cuerdas de su guitarra sonaban muy bajito, como para que nadie tuviera que compartir el dolor de tan lacerante verdad. No supe nunca de cual poeta tomó prestado el patético argumento. El pobre nunca pasea, no come ni duerme bien porque tiene más de cien cosas que nublan su idea. Hay veces que se desea la muerte por no sufrir; ¿De qué la vale vivir cuando es pobre y nada tiene? ¡Nace al mundo y sólo viene para tener que morir! Nunca llegó a conocerse el nombre de la enfermedad que le arrebató la vida a Roberto. El secreto se marchó con él hasta su tumba. Y en la mente de los familiares quedó hondamente grabado el símbolo de la impotencia. Hoy en Cuba nadie viene al mundo sólo “para tener que morir”. Ni nadie depende de la caridad pública o de la mezquindad de un terrateniente para recibir asistencia médica. Porque ahora tenemos socialismo en lugar de capitalismo. Afortunadamente, el recuerdo de Roberto, su agonía y su muerte, forman parte también de un pasado sin posible regreso a los campos cubanos.

martes, 11 de septiembre de 2012

Juan Almeida Bosque, símbolo imperecedero de la Revolución.

Orlando Guevara Núñez El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque es, para los cubanos, un símbolo. Aprendimos a admirarlo desde los días iniciales de la guerra revolucionaria. Fue asaltante del Cuartel Moncada, el 26 de Julio de 1953. Luego, expedicionario del Granma, donde vino como capitán y jefe de Pelotón. El nos legó, en Alegría de Pío, el 5 de diciembre de 1956, tres días después del desembarco para reiniciar la lucha armada por la definitiva liberación de Cuba, el grito de ¡Aquí no se rinde nadie…! seguido de una palabra muy característica de los cubanos en los momentos difíciles. Sus cualidades como combatiente, le merecieron la confianza del Comandante en Jefe Fidel Castro para ascenderlo a Comandante del Ejército Rebelde y nombrarlo jefe de la Columna 3 Santiago de Cuba, con la misión de abrir el III Frente Oriental Doctor Mario Muñoz Monroy, hecho que ocurrió el 27 de febrero de 1958. El nuevo frente guerrillero quedó oficialmente fundado el 6 de marzo de 1958. Almeida supo dirigir esa fuerza guerrillera y cumplir con éxito la misión de Fidel de cercar a la ciudad de Santiago de Cuba, hostigar al enemigo en su territorio, impedir que las fuerzas de la capital oriental apoyaran a los cuarteles sitiados y atacados por el Ejército Rebelde, y contribuir al triunfo definitivo de la Revolución. Su labor luego de la victoria revolucionaria del 1ro. de enero de 1959 fue multifacética. Desempeñó diversas funciones en las Fuerzas Armadas Revolucionarias. En la otrora provincia de Oriente estuvo como Delegado del Buró Político. Siempre sintió por Santiago de Cuba un cariño muy profundo, como lo sintieron los hijos de esta ciudad por él. Hoy, a tres años de su desaparición física, los santiagueros lo recordamos como lo que siempre será para nosotros: un símbolo de Revolución.

domingo, 12 de agosto de 2012

¡Felicidades, Fidel!

.Orlando Guevara Núñez Este 13 de agosto, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro cumple 86 años. Hombres de su talla, tardan en aparecer a veces siglos. A los cubanos nos corresponde el orgullo de tener entre nosotros a quien inició una nueva era en nuestra Patria, la era del socialismo, que trasciende hoy nuestras fronteras para insertarse en otros pueblos de este Continente. Nacido en cuna de acomodados, decidió desde muy joven, asimilando la doctrina martiana, echar su suerte con los pobres de la Tierra. Cuando aún no había cumplido los 20 años de edad, se destacaba ya en las luchas políticas estudiantiles, y su pensamiento comenzaba a trascender los muros de las aulas, para penetrar en los graves problemas de la nación cubana, sumida en la corrupción de gobernantes subordinados al gobierno de los Estados Unidos. Estuvo en sus inicios entre los cubanos que creyeron en la posibilidad de la lucha cívica y la vía electoral. Pero el golpe de estado batistiano del 10 de marzo de 1952, lo convenció de que la verdadera libertad cubana dependería solo de la lucha armada que derrocara el poder tiránico para conseguir después las reivindicaciones políticas, económicas y sociales del pueblo tantas veces engañado y defraudado. Esa convicción, lo lleva a preparar y ejecutar, el 26 de julio de 1953, el asalto glorioso a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. En esa acción, expuso su vida para demostrar sus verdades. Aquella épica mañana, inició para Cuba la última etapa de lucha por su libertad e independencia. La acción del Moncada, sustituyó la vía electoral por la lucha armada, destacó a Fidel como líder verdadero, propició un programa revolucionario que recogía las verdaderas aspiraciones del pueblo, y generó la organización encargada de llevar a ese pueblo a la lucha y conducirlo a la victoria. A la heroica epopeya, le seguirían los duros días de la prisión en el mal llamado Presidio Modelo, de la entonces Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, donde fue condenado a 15 años de encarcelamiento. La presión popular obligó al tirano Batista a dictar una amnistía, siendo puestos en libertad Fidel y sus compañeros de combate en el Moncada, el 15 de mayo de 1955. Pero dentro de Cuba, era muy difícil poder reorganizar la lucha. Así, el 7 de julio de ese mismo año, parte Fidel hacia México, con el objetivo de reunir recursos, hombres y armas para regresar a Cuba y reiniciar la lucha armada. EL 2 de diciembre de 1956, al frente de 81 expedicionarios, en el Yate Granma, desembarca por Los Cayuelos, lugar cercano a Playa Las Coloradas, en Niquero, con el fin de internarse en la Sierra Maestra para desarrollar la guerra revolucionaria y alcanzar la definitiva victoria del pueblo. El 5 de diciembre, los expedicionarios tienen su bautismo de fuego en Alegría de Pío, sufren una derrota militar y se dispersan en pequeños grupos. Tres combatientes perdieron la vida en combate, 18 fueron asesinados, 22 fueron hechos prisioneros, otros 22 evadieron el cerco y salieron de la zona de operaciones, al tiempo que un grupo logró reunirse junto a Fidel, entre ellos Raúl, en Cinco Palmas, el 18 de diciembre. Fue en esa ocasión que la grandeza de Fidel ganó una nueva estatura, cuando con solo 8 hombres y 7 armas expresó: ¡Ahora sí ganamos la guerra! Luchaba contra un ejército de más de 40 000 hombres, con artillería, tanques, aviones, marina de guerra y asesorado por el ejército de los Estados Unidos. Después vendrían los combates victoriosos de La Plata, de El Uvero, la guerra se extendería a todo el Oriente cubano, la lucha clandestina tomaría fuerza en las ciudades y llanos, las columnas invasoras de Camilo y el Che marcharían hacia el Occidente, hasta que el Primero de Enero de 1959, las fuerzas de la tiranía se desplomaban. ¡La Revolución cubana era al fin una realidad! Comenzaba entonces una lucha que hasta hoy no ha terminado: en primer lugar, la de destruir el sistema capitalista en Cuba y, después, la de construir y defender el socialismo. La dimensión de nuestro máximo jefe, no ha dejado de crecer en todo este tiempo. De inmediato comenzó a aplicarse el Programa del Moncada, respaldados por profundas leyes revolucionarias, como lo fueron en esos primeros años las de Reforma Agraria, Nacionalización de las empresas extranjeras, Reforma Urbana, y Nacionalización de la Enseñanza, entre otras. Las playas, que eran privadas, fueron puestas al servicio del pueblo; la salud comenzó a ser gratuita para todos; fueron declarados ilegales los juegos de azar, la prostitución, y comenzaron los diversos programas para eliminar el desempleo, el hambre, el analfabetismo y otros males que situaban a nuestro país entre los más pobres de nuestro Continente. Fidel es Fidel porque siempre ha estado, junto a nuestro pueblo, en la primera línea de combate, al riesgo de su propia vida. Así lo hizo en la etapa de la guerra. Y así lo ha hecho durante estos largos años de lucha. Así lo hizo en Playa Girón, en la Crisis de Octubre de 1962, y cuando el Ciclón Flora, cuando estuvo a punto de morir en un río crecido. Fidel ha sido el hombre más odiado por el imperialismo norteamericano. Los archivos de nuestra Seguridad del Estado, recogen la historia de 637 intentos de asesinarlo, utilizando los más variados y criminales métodos. Pero es, a la vez, el hombre más querido no solo por nuestro pueblo, sino también por millones de hombres y mujeres de todo el mundo, donde la solidaridad, el sudor y la sangre de los cubanos se han vertido en pos de un mundo mejor que cada día se sabe más posible. Su lucha ha sido universal, no solo en defensa de los pobres, sino, además, por su internacionalismo, su antiimperialismo, su defensa de la especie humana ante los graves cambios climáticos, su contribución a la independencia de muchos pueblos y la lucha contra el analfabetismo y la insalubridad en los más apartados y olvidados lugares del planeta que habitamos. Así es nuestro Fidel. El Fidel del pueblo cubano. El Comandante de América, como muchos lo han calificado. El fundador del primer Estado Socialista de nuestro Continente. El protagonista de la primera derrota militar del imperialismo en América. El creador de nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba. El más genial de los seguidores del pensamiento de nuestro Héroe Nacional, José Martí. El eterno líder y guía de los revolucionarios cubanos. Por eso, este 13 de agosto, desde este pequeño pedazo del Santiago de Cuba al que él vino un día junto a sus compañeros de combate, a ofrecer su sangre y su vida para que Martí siguiera viviendo en el alma de la Patria, lo felicitamos, le deseamos otros muchos años de vida y junto a él seguiremos repitiendo nuestras consignas victoriosas de ¡Patria o Muerte! ¡Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!. Y como regalo especial, en este día, le dedicamos nuestra disposición de continuar cumpliendo lo que de él aprendimos desde pequeños, cuando ante el Tribunal que lo juzgaba por los hechos del Moncada expresó: “Nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie” ¡Felicidades, Fidel!

lunes, 25 de junio de 2012

Otros 20 millones de dólares yanquis contra Cuba



Orlando Guevara Núñez
El gobierno de los Estados Unidos  ha dado a conocer  -mediante una carta del Departamento de Estado al Congreso - la asignación de  otros 20 millones de dólares para promover y financiar la subversión contra Cuba.
De nuevo, los fondos de los contribuyentes norteamericanos son destinados a subvencionar la contrarrevolución y los propósitos de destruir a la Revolución cubana.
Pretenden incrementar el “acceso a tecnologías”  a los llamados disidentes     -léase mercenarios - cuyo único fin es lucrar con esos fondos  y servir a los intereses  reaccionarios del  gobierno norteamericano y de la mafia contrarrevolucionaria radicada en ese país.
Invocan la “democracia digital” los mismos que hacen todo lo posible por privar a Cuba de ese derecho. Para ellos, esa democracia consiste solo en que gocen de ese recurso los que lo utilizan para mentir deliberadamente sobre la realidad del proceso revolucionario cubano. La palabra democracia, la identifican sólo con el derecho a mentir, a tratar de subvertir el orden en otros países.
Para ese fin, suministrar computadoras, DVD, teléfonos celulares y otros medios a individuos dispuestos a traicionar a su país y vender su moral y sus  principios por los dólares que les pagan.
El gobierno norteamericano sabe de sobra – y la propia SINA lo ha reconocido - que los auto titulados  “líderes de la oposición” no pasan de ser charlatanes sin el más mínimo respaldo ni siquiera de quienes los acompañan en sus fraudes.
En realidad, han fracasado en el intento de creación de esos “líderes” para cuya producción han escogido la peor  materia prima: delincuentes comunes, personas sin autoridad moral, oportunistas  y demagogos cuyo propósito es lucrar del dinero que reciben, hasta crearse avales que les sirvan para emigrar  hacia los Estados Unidos.
Bajo el pomposo nombre de “apoyo humanitario a personas políticamente marginadas” saben que  pagan  a  personas sin el menor  rasgo de patriotismo, enemigos del pueblo a quien dicen representar.
Los cubanos conocemos muy bien esa historia. Y ellos conocen muy bien a nuestro pueblo. Por eso le temen más a las masas que a los representantes del orden. Conocen que en Cuba no se reprime a nadie y que cuando han realizado provocaciones, el papel de nuestra Policía ha sido protegerlos. Es sabido que el mercenario actúa  hasta  donde “la paga” no signifique un verdadero riesgo para ellos.
Podrán continuar asignando millones de dólares cada año. Pueden estar seguros, sin embargo, de que ni todos los millones del gobierno juntos, podrán  hacer mella en la conciencia revolucionaria del pueblo cubano, ni podrán organizar una subversión interna, ni formar  los “líderes”  contrarrevolucionarios, que sólo existen en su imaginación.
Una pregunta que podría hacerse  es cuántos de esos 20 millones de dólares llegarán realmente a Cuba y cuántos se quedarán en manos de quienes   esas acciones contra nuestro país forman parte de un lucrativo negocio. No sería la primera vez.
Mientras tanto, el  gobierno auto titulado “campeón” de la democracia, se revela ante la opinión pública como lo que es: un violador constante de los derechos soberanos de los pueblos,  un cómplice incondicional de los mercenarios,   un financista de las peores causas que existen en el mundo,  y el enemigo número uno de la verdadera democracia.

domingo, 24 de junio de 2012

Los derechos y las razones de Cuba frente a las agresiones imperiales


Orlando Guevara Núñez

En Cuba,  todas las personas, sin excepción, tienen garantizada la asistencia médica, de forma gratuita; en Estados Unidos, casi 50 millones no cuentan con seguro médico , entre ellos ocho millones de niños y ese servicio es cada día más caro.
En Cuba, no existe el analfabetismo y la educación es gratis, en todas las enseñanzas y para todos los alumnos. En Estados Unidos (Datos publicados en ese país hace  cinco años y presumiblemente en aumento)  siete millones de personas eran analfabetas, 27 millones no sabían leer bien un texto medianamente complejo y 30 millones eran incapaces de completar una oración simple. Unos  11 millones no sabían  leer y escribir el idioma inglés.
En Cuba,  no existe el flagelo de la drogradicción.  Estados Unidos es el país más consumidor de drogas en el mundo.
En  Cuba,  la policía no reprime a nadie, ni apalea, ni lanza gases lacrimógenos. En Estados Unidos esas son prácticas habituales.
En Cuba, no existe la tortura. En Estados Unidos  ese bárbaro procedimiento está autorizado y se practica de forma sistemática.
En Cuba, se combate el terrorismo. Estados  Unidos es el gobierno más terrorista del mundo y en sus calles se pasean con entera libertad y apoyo connotados asesinos y confesos terroristas.
Cuba no ha promovido ni organizado ningún acto terrorista contra los Estados Unidos. Ha sido víctima, sin embargo,   dirigidas por la CIA y el gobierno norteamericano - solo  en el período de noviembre de 1961 hasta enero de 1963-  de  5 780 acciones terroristas, incluyendo 716 sabotajes de envergadura en instalaciones industriales.
Desde Cuba, salen miles de médicos a salvar vidas a otros países. Desde Estados Unidos salen soldados a matar para arrebatarles a los pueblos sus recursos naturales, principalmente el petróleo.
Desde Cuba, salen maestros a enseñar,  a combatir la ignorancia en otros países. Estados Unidos  se aprovecha de la ignorancia  y en nada contribuye a combatirla en el mundo.
Cuba defiende la paz; Estados Unidos  promueve y  desarrolla guerras imperiales que causan millones de muertes en todos los confines del mundo.
Cuba proclama el derecho de las naciones a su plena soberanía; Estados Unidos proclama su derecho a la agresión y al sometimiento de las naciones a sus designios.
Cuba no ha organizado nunca ninguna acción militar contra los Estados Unidos; Estados Unidos organizó, armó y dirigió 299 bandas contrarrevolucionarias en territorio cubano,  integradas por 3 995 mercenarios, eliminadas por nuestro pueblo al costo de la vida de 549 de sus hijos.
Cuba no organizado ni armado ni financiado ninguna expedición para derrocar al gobierno de los Estados Unidos.  Estados Unidos organizó, financió y dirigió la invasión de Playa Girón,  con 1 500 mercenarios fuertemente armados, apoyados por tanques y aviones, derrotada por los combatientes cubanos en menos de 72 horas, al costo de la vida de 176 hermanos nuestros.
Cuba no ha promovido ningún intento de asesinato contra alguno de los presidentes de los Estados Unidos. Estados Unidos promovió – conocidos- 637 atentados contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Cuba no ha promovido nunca secuestros ni sabotajes contra naves aéreas de los Estados Unidos. Estados Unidos promovió el secuestro de naves aéreas cubanas y apañó el sabotaje a un avión cubano, derribado en pleno vuelo con 73 pasajeros a bordo, protegiendo  a los criminales, entre ellos al terrorista Posada Carriles.
Cuba no ha realizado nunca ninguna provocación a la ilegal Base Naval de Guantánamo. Estados Unidos, entre 1962 y 1994, realizó 13 498 provocaciones contra los soldados cubanos, causando la muerte de dos de ellos.
En estas agresiones, sabotajes y otros actos terroristas, han muerto 3 478 cubanos, mientras que 2099 sufrieron lesiones invalidantes permanentes.
Cuba no ha utilizado nunca la guerra bacteriológica contra los Estados Unidos.  Esa potencia, sin embargo, introdujo en Cuba el virus del dengue hemorrágico que en 1981 enfermó a 344  203 cubanos, de los cuales 158, incluyendo a 101 niños, fallecieron.
En 191, la CIA introdujo en Cuba el virus de la fiebre porcina, con graves daños para la economía y el necesario sacrificio de medio millón de cerdos.  En 1962, el plan de la CIA incluyó la introducción en Cuba de medios químicos que, aunque no letales, causarían enfermedad y alejamiento parcial del trabajo a los obreros del azúcar, principal fuente entonces de la economía.
Los macabros planes incluyeron –ente 1979 y 1981- también  la roya de la caña y el moho azul de tabaco. El 21 de octubre de 1996, una avioneta de fumigación, operada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, lanzó en territorio matancero una plaga del insecto Triple Palmi, causante de severos daños a varios cultivos agrícolas.
En Cuba, el pueblo elige, mediante el voto secreto y directo, a sus dirigentes, con el derecho a la revocación, entre los mejores ciudadanos que dedican su vida a la lucha por el bienestar de la población. En Estados Unidos, el pueblo elige, porque no tiene otra opción, a los millonarios, explotadores, corruptos y políticos por conveniencia, quienes, una vez electos, tienen como único fin el enriquecimiento personal, sin importarles para nada  sus electores.
En Estados Unidos, lo único que liga al ciudadano con el gobierno es el voto. En Cuba, el ciudadano es parte de las decisiones más importantes del país y es gobierno.
Cuba no ha bloqueado nunca a los Estados Unidos. Todos los gobiernos de ese país, desde hace más de medio siglo, mantienen e incrementan el criminal bloqueo contra Cuba, violando las más elementales normas del derecho internacional.
Por este largo historial de agresiones y hechos criminales, Cuba tuvo la necesidad de penetrar a grupos terroristas que operan impunemente y con apoyo en los Estados Unidos, con el objetivo de preservar la vida de nuestro pueblo y de ciudadanos de ese país. Estados Unidos no vaciló en condenar a los inocentes y defender a los terroristas. Por eso mantiene las injustas condenas contra los cinco héroes cubanos.
Cuba es símbolo de vida, de solidaridad. Estados Unidos simboliza la muerte y el atropello.
Cuba defiende y ejercita la verdad. Estados Unidos, la mentira.
¿Quiénes son los verdaderos terroristas?  ¿Quiénes defienden y quiénes violan los derechos humanos?  Las razones de Cuba, basadas en la verdad, son inobjetables. La política de los Estados Unidos, basada en la mentira, se desmorona en sus propias contradicciones.